miércoles, 23 de enero de 2013

Mi nirvana

La religiones lo definen diferente, alcanzar el nirvana, el estado máximo de felicidad y tranquilidad del ser humano, el estado más exaltado del alma, la conexión total con el ser supremo.
Pero, cuando estoy entre sus brazos la definición de nirvana es ese preciso momento cuando siento sus brazos abrazar mi cuerpo,stus labios encima de mi frente, su calor y su respiración rozando  mi cuello.

Lla experiencia es extracorporéa, extrasensoria, va más allá de una experiencia religiosa. Es poder sentir a mi propia musa con las yemas de mis dedos, es unir mis labios con sus suaves labios, es ver el amor materializado en las dos pupilas de sus ojos, es sentir la vía láctea trazando su espalda, es ver un millón de estrellas en las pecas de su cuerpo y escuchar el canto de las aves, del viento, de todo lo bello en su voz; oler el perfume de un enorme rosal en su dulce esencia.

Aunque escribiera mil versos, no podría describir la experiencia de amarla, no podría describir las sensaciones que experimento cuando estoy en sus brazos ni al tocar su piel. ¿Cuántos artistas podrían decir que encontraron a sus musas materializadas?

Yo encontré a la mía, la vi por primera vez en un día soleado  y desde ese día su belleza, su esencia, su felicidad no han abandonado mi mente.

¿Para qué quisiera yo entonces la promesa de un paraíso?
El paraíso esta en su mirada, el paraíso esta en cada abrazo y cada beso que roza contra mis labios, el paraíso reside en su cuerpo, el paraíso... mi paraíso es mi musa, todas las promesas de divinidades, de estados supremos las conocí un día, todas juntas en una sola persona.

¿Mi nirvana? Mi nirvana está entre sus brazos, recostada contra su pecho.
¿Mi paraíso? Mi paraíso es su cuerpo y sus ojos cuando me miran.
¿Divinidades? Las conozco todas en un mismo cuerpo.