domingo, 3 de agosto de 2014

Mandarinas

Para Maricruz

Recordamos juntos el árbol de mandarinas,
cuando el sol cortaba formas brillantes a través de las hojas,
y reíamos y cantábamos,
y nada dolía ni preocupaba,
todos pelábamos mandarinas al sol.

Y el árbol un día desapareció,
cómo quién termina su paso por la vida,
y en su lugar crecieron flores de colores,
pero; quiénes habíamos compartido la sombra y sus frutos,
guardamos el recuerdo, los juegos y su espacio en la tierra.

Y hoy es agosto,
en el día llueve y las mañanas a veces amanecen nubladas
y otras de colores,
para nosotros se ha nublado agosto,
y un día cortaron el árbol;
y se cayeron las mandarinas.

¿Alguien se acuerda si fue en agosto?
En agosto dejamos de ver tu sonrisa,
se desvaneció de repente,
en el día que se suponía ser el más feliz de tu vida.

Y a la sombra de un nuevo día y de un oscuro porvenir,
recordamos las semillas de los frutos,
los días de verano,
las risas y tu risa,
debajo del árbol.

El camino parece oscuro y desesperanzado,
pero; al posarnos donde alguna vez creció un árbol,
donde nos sentamos a comer mandarinas;
y a dibujar con los dedos en la tierra,
cuando nos sentamos donde solían estar las raíces,
y vemos como se llena de flores y de vida,
el camino ahora parece un jardín,
y aunque el árbol ya no da de sus frutos;
todos recordamos aquellos días de verano
cuando tu infinita sonrisa
llenaba los rincones del jardín.

Y si hemos de encontrarte otra vez,
es posible que lo haremos del otro lado del árbol,
que un día dio frutos y nos prestó días felices.
Y si hemos de encontrarnos a la luz del sol,
al inicio de otro agosto;
estaremos listos para enseñarte el jardín que ha florecido,
gracias a tus frutos.
Y hablaremos,
cantaremos,
jugaremos,
a la sombra del árbol que un día hecho fuertes raíces,
y creció allí,
y aún cortado; aún herido
nos engalano de recuerdos.

Aún en el vació de tu ausencia,
recordaremos donde hiciste crecer tus raíces,
y cantaremos,
y bailaremos,

al otro lado del árbol de mandarinas.