jueves, 18 de octubre de 2012

Existencialismos y melancolías

Recuerdos sin sentido que flotan en el aire de la habitación 
mientras se consume un cigarrillo entre los dedos
el humo de la nicotina se lleva los recuerdos,
cada uno a dar vueltas alrededor de la habitación.

Quiero pensar que es el humo, el que me causa llorar
Una lágrima en la mejilla
¿Donde estás?
Luego le subo el volumen a las tonalidades melancólicas
y miles de escenarios cruzan mi mente. 

¿Alguna vez te encontraré?
Resuenan los ecos de mis palabras, dentro de mis entrañas.
Inútil existencia, me susurran las gotas de lluvia cuando caen en mi ventana. 
Inútil existencia la que nos toca vivir.

Para soñar con besos y notas felices 
en un día caluroso y soleado 
para soñarte a lo lejos 
y después darme cuenta que ya he despertado.

Nacer para esperar un día mejor, 
nacer para creer en las ilusiones de una mente irracional. 

Parece que el silencio susurrará que nunca va a pasar
para nadie es suficiente
"para nadie eres suficiente" - resuena el grito del cuervo burlón de afuera

El cenicero va grabando mis desesperadas ideas
las lágrimas sellan las palabras
otra vida consumida, entre penas del amor
otra noche consumida, con dudas de la existencia 

Sin darme cuenta me limpió una lágrima que traza mi mejilla 
y sin darme cuenta me marcho al territorio del sueño 
donde nada es real y nada es absoluto,
donde puedo besar cualquier par de labios
y cantar cualquier par de notas 
y vivir cualquier vida
y dejar correr mi fantasía 
y vivir en mi inconsciente

"Qué ya calle el  cuervo y ya no susurren más las gotas de lluvia"
le gritó con ansiedad al silencio 
Se han burlado de mi toda la noche 
y ahora vivo en el territorio del sueño
ya nada es real 
callen mis queridos pensamientos, es hora de soñar. 










miércoles, 17 de octubre de 2012

Mónica

Originalmente la dedicatoria decía: Para una nueva amiga, cuyo arte me provoca gran admiración e inspiración; igualmente intercambiar ideas y palabras. Hace mucho no conocía a una persona tan interesante e inspiradora y digna de tanta admiración.
Ahora se la dedico a mi novia, más que mi novia a mi musa y fuente de inspiración.

I
Mónica

Mónica, mujer con alma de artista
los ojos soñadores y la piel adornada de pecas, como al cielo lo adornan las estrellas.

En mi cabeza, su cabello fluye en el cielo, entre las nubes y dirigido por el viento.
Sus trazos recorren los lienzos de la vida, pintando por doquier con su alma innata de artista.

Solía admirar su belleza, sus hermosos rasgos, su sonrisa y su penetrante mirada.
Me animé a cruzar con ella unas palabras, para descubrir que sus pensamientos fluían libremente en su mente.
Que nuestras ideas eran compatibles y podían danzar en sincronía al son de una melodía de guitarra.

Danzar, como sus pies que danzan perfectamente con una melodía de jazz, tango o un ballet
¿Me enseñarías alguna vez a bailar?

Ella dice, que mis versos son una fuente de inspiración para su arte
Este arte es todo tuyo, mi querida nueva amiga
Has sido solo tu, la que me has inspirado esta bella noche, adornada por estrellas, como tu piel se adorna con pecas.

II

Hay algo en ella

Dicen que la primera impresión es muy importante, pues, a mi me gustaron sus ojos
sus ojos dulces y profundos, en especial risueños
su cabello ondulado y largo
su hermosa piel decorada de pecas.

Una fotografía no habla lo suficiente de lo hermosa que es, ni porque se mire dos veces
pronunció su nombre todos los días en mi cabeza
y ya voy escuchando lo que me trasmite su sonrisa. 

Desearía que hubieran cientos de canciones con su nombre
Ya se que cantaban Los Beatles cuando decían "que había algo en ella"
Hay algo en ella, algo que no tiene nadie
Algo irrepetible, algo sagrado, algo extra corpóreo....

Y yo solo espero que llegue ese día, en que pueda sentir esa mirada
sentir esa sonrisa que me canta, me transmite 
Solo espero ese día de la semana en que pueda sentarme ahí frente a ella
Y escuchar, admirar sus palabras..

Definitivamente "hay algo en ella"
Y tal vez no sea algo, seguro es todo 
seguro son todas sus sagradas palabras
su sagrada figura
que me hablan antes de dormir 

Si... hay algo en ella, algo indudable. 

III

El eco de su nombre

El eco de su nombre resonaba en mi alma,
Una melodía, una canción…
Recuerdo el día que sus ojos me atraían, antes de tenerla en mis brazos no podía dejar de mirarla
Era su cabello, era su rostro
Era el llamado de su alma, la conexión con la mía.

Y algo me dice que te conozco de algún lado, de otra vida
Algo en ti me llama, una fuerza natural pero sobre humana
Podría jurar que tengo recuerdos más allá de lo que hemos vivido

La primera conversación
El primer roce de piel
La primera vez que te bese y el temblor en las piernas

En el poco tiempo, las batallas que me has ayudado a ganar
El aliento que me has ayudado a recuperar
Las palabras que me has ayudado a decir
El aliento que me has dado para seguir

Y así recuerdo los primeros versos que te escribí, sonriendo de felicidad
Mónica, mujer con alma de artista
los ojos soñadores y la piel adornada de pecas, como al cielo lo adornan las estrellas.”
Fuiste mi dulce musa desde ese primer verso y lo eres todavía
Y porbablemente fue tu escencia que me visito desde antes, cuando escribía sobre sensuales mujeres artistas
Princesa de mi mente, te mereces no solo un poema si no toda una sinfonía en tu honor
Te estaré esperando todas las noches en tus sueños
La musa de mi mente
La dueña de mis pensamientos
Mujer de alma de artista y ojos soñadores…

IV 
Princesa de labios rojos 

No puedo dejar de agregar versos a la sinfonía 
Cada vez que cierro los ojos veo a mi musa 
Cada uno de mis sentidos existen ahora para glorificarla
Princesa de labios rojos, de pecas en su cuerpo 
con la virtud de embellecerse cada día, progresivamente. 

Ahora puedo ver sus pies danzar a la luz de un escenario, a la luz del sol o la tenúe luz de una recamara. 
Siempre con sus movimientos tan perfectos, tan celestiales, tan espirituales.

Es una oda interminable 
porque cada vez que me pierdo en su mirada
miles de versos poseen mi cabeza 
Es una oda interminable, porque mi amor no tiene fin. 
Es la oda interminable, porque la princesa de labios rojos
se merece todos los versos que salgan de esta mente 
todos los besos que salgan de estos labios 
todas las caricias que salgan de estas manos 
y todo el amor que emane de este cuerpo 
este cuerpo de poetisa poseída por el amor, 
el amor de una princesa de labios rojos. 

sábado, 13 de octubre de 2012

Planeta Infierno

Miraba hacia la ventana, con una mezcla de terror y espanto, hoy era el día en que podía contemplar el fin con mis propios ojos.
El fin del que todos habían estado hablando desde el principio y si hemos de ser lógicos bajo estas catastróficas circunstancias, era de esperarse que algo que había tenido un principio llegará a su fin.

La esperanza se había ido, y todo fue tan rápido, y ahora todo es tinieblas. Los pocos niños de brazos que quedan, sería mejor que no hubieran nacido nunca, bajo este infierno terrenal, mirando por la ventana me convencí a mi misma de que no había nadie que pudiera hacerse llamar "Salvador"; nadie había muerto nunca por la raza humana, si fuera mi salvador me hubiera llevado antes de contemplar tanta desolación con mis mortales ojos.

Podía recordar los días en que todavía el sol no tenía vergüenza de iluminar nuestros rostros, ahora simplemente se había vuelto para el otro lado y había dejado a la oscuridad predominar para siempre. Era una cruel broma, si verdaderamente existía alguien que escuchara nuestras plegarias había de ser un gran sádico, totalmente excitado ante nuestras plegarias y humillaciones.

Podría haber sido que no le hubiéramos pedido con suficiente fe, que no le habíamos lamido los pies con suficiente devoción que había enviado a sus ángeles más perversos y enfermos ha desatar tal peste sobre nosotros.

Por momentos prefería cerrar los ojos y tapar los oídos para desconectarme de mi triste realidad, y yo estaba ahí contemplando el suicidio desde el primer momento en que había vivido en carne viva el mismo infierno y aún así había un rayo de esperanza que me decía que esto iba a terminar, que todo principio tenía un final.
La historia, prefiero grabarla en un pedazo de papel, que se pueda consumir junto con los restos de las pobres almas que habitaron este poblado infierno.
No tengo memoria hace cuánto empezó nuestro sufrimiento, pero, recuerdo que empezó como vagas notas del periódico sobre medicamentos descontinuados debido a que los cuerpos habían desarrollado una especie de inmunidad a ellos, notas cada vez más frecuentes, científicos cada vez más alarmados y por último medidas cautelares cada vez más extremas.

Cuando las personas empezaron a morir a montones por gripes o pequeñas infecciones, cuando se tuvieron que quemar los cadáveres por pilas y se hablaba de una nueva peste, una peste moderna. Nadie podía imaginar tal tipo de pandemia y es que no era una pandemia; nuestros propios cuerpos se estaban matando a sí mismos.
El fenómeno se había explicado como un tipo de inmunidad hacía las defensas. El propio cuerpo había desarrollado inmunidad hacía los propios antibióticos y medicamentos; las defensas producidas por el cuerpo habían quedado "obsoletas" por decirlo de algún modo, ante las enfermedades, virus e infecciones que se hallaban totalmente fortalecidas y todos estábamos en riesgo.
Pronto, todos empezaron a morir y enfermar, una simple gripe podía ser mortal en cuestión de 24 horas y ya no había nadie que nos salvara, los científicos habían dejado de hacer experimentación o muerto en el intento.
Las teorías de conspiración no tardaban en llegar, que había sido un arma biológica del gobierno de Estados Unidos, hasta que llegaban las muertes masivas a la Casa Blanca y en cada rincón del mundo.

Y luego vino el colmo de la humillación, los trajes blancos y esterilizados que debíamos usar las personas "sanas" para protegernos contra cualquier tipo de amenaza. Y luego vino el caos ,a frialdad y la falta de humanidad.
Pronto quemar cadáveres por pilas gigantes se hizo rutina, atentar contra la vida de un enfermo una necesidad y convertirnos en salvajes; un verdadero placer.

Ahora podía observar fuera de la ventana de mi improvisado refugio, la oscuridad y la penumbra, las filas de cadaveres, el llanto de madres desconsoladas por sus hijos enfermos, personas aferrándose a una esperanza, que más que esperanza era una ilusión. Todos con grandes trajes blancos esterilizados, como números, como sirvientes ante una causa perdida, como ovejas caminando hacía nuestros mataderos.

Y yo solo me dispondré a recostarme aquí y recordar los días en que podía sentir el tacto de otras personas, respirar el aroma que traía el aire, contemplar las flores y sentir el sol que no se sentía avergonzado de nosotros. Si tan solo antes de mi muerte, pudiera sentir unos labios rozar los míos, unos dedos recorrer mi espalda desnuda o un simple susurro de "todo va a estar bien". ¿Acaso merecía yo morir sin esperanza?

Pero, esos días ya habían pasado y sabía que el único futuro era esperar mi propia muerte, porque me sentía enferma desde adentro, tal vez era la falta de contacto, la desesperanza, el asco que sentía por lo que nos habíamos convertido o verdaderamente estaba muriendo de la peste moderna...
De todos modos me quité el traje y me acosté desnuda, cerrando los ojos pensé en hacer una última plegaria y luego recordé que mi padre me había abandonado, en realidad nunca tuve un padre y esperé a que mi corazón dejará de latir y me convirtiera en simples cenizas que adornaban este Planeta Infierno.