domingo, 31 de enero de 2016

Lo cotidiano

¿Cómo has logrado ser tan transparente?
Tal vez tu mente no es consciente, de las veces que te miró de reojo
Para sorprenderte, desdibujando el límite entre lo humanamente banal
Y lo divinamente erótico.  
Y si nuestros ojos se encuentran en el momento,
Busco en ellos alguna pista tímida de vergüenza,
Y me encuentro con la expresión que me ha degenerado poco a poco el pensamiento.

Nos tumbamos inmóviles, cada una con la mirada pérdida;
Cuando mis ojos se vuelven consagrados otra vez,
Para permitirles ver el fino movimiento, cuando tu falda reveló
Aquellos muslos modelados con marfil.
La misma brisa, parece querer matarme de agonía
Cuando justo en el momento en que subes los escalones frente a mí
Me regala una mirada cómplice de  tus rebosantes caderas.
Cuando me tocas los dedos con los tuyos;
Y mi vertiginoso deseo de tomarte, me quema todos los pensamientos hasta llegar al vientre.
Cuando hablábamos ya no sé de qué cosas,  y te has reído lentamente descubriendo tu cuello.
Tu cuello que está cubierto de pequeñas estrellas,
Tu cuello que tantas veces he tomado fuertemente entre las manos,
Hasta producirte el éxtasis que tanto anhelabas.



Me pregunto ¿cómo eres tan transparente?
Dejando que te vea los deseos desnudos, en un día tan mundano como un lunes.
Y me permites comerte en pensamientos y miradas,
Hasta relamerme los dedos con satisfacción.
Tu erotismo, esta tan expuesto que me encuentro sentada
Cerrando los ojos y tratando de encontrarte
O de hacer un hechizo para invocarte
Porque mi cuerpo  pide a gritos provocarte,
Hacerte estallar mil veces por noche
Y borrar para siempre esa línea que divide mi fantasía de lo real,
Lo divino de lo humano.
Eres tan transparente,
Porque eres depravación animal,
Eres delirio de diosa.

En forma de cotidianidad humana. 

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