lunes, 20 de agosto de 2012

El vacío de tu ausencia

Caminé hacía el borde del abismo, con paso corto y tambaleante...
Tal vez ambos sabíamos que al llegar al risco, no iba a haber vuelta atrás
pero, volvía a caminar, negando la existencia del abismo y su profundidad.

Al llegar ese día, bajando la mirada, observé la profundidad de la caída, la oscuridad que me rodeaba
y cuando volví la mirada, ya te habías ido
y cuando decidí ver al cielo, ya no había sol, solo nubes grises
y cuando vi el terreno que estaba pisando, ya no era siquiera tierra mojada
era lodo, estaba sucio, ya nada era igual.

Observé mis dedos moviéndose e inclinándome al vacío
Llame tu nombre, y ni siquiera el eco me contesto
Clamé que volvieras, y el propio viento se enfureció, haciéndome tambalear a la orilla del abismo.

Las lágrimas caían desde mis ojos, hasta las comisuras de mis labios, que gritaban tu nombre
Trataba de aferrarme a ese pedazo de tierra, pero ya no había razones para hacerlo
Ya no sentía su suave y cálida mano sobre la mía.

Intente no caer, pero, todo era en vano, ya no habían razones para luchar
decidí brincar con el aire.
Caer en caída libre, sin nada que temer, es semejante al vacío que siento por tu ausencia
La ausencia de miedo al peligro, por no poder desear un minuto más de vida
en el silencioso camino al abismo.

No supe si caí o no, o que paso en el camino
lo cierto es que el eco de mi llamado desesperado en tu nombre resuena en mis oidos
solo un minuto más, antes de caer a tierra
un último beso, una última caricia.

No entiendo cuando empecé a caminar hacía el abismo, cuando me desvíe de ese camino
donde el sol salía y yo era feliz.
Ahora solo siento el vacío de tu ausencia
que me desgarra el alma.



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