miércoles, 26 de septiembre de 2012

La placentera fragancia del cuero

Las ataduras de cuero apretaban mis muñecas de una forma  seductora y tentativa, subiendo mis brazos por encima de mi cabeza, sin que mi conciencia pudiera o quisiera liberarse de esa placentera tortura. En mi cara, mi ama había colocado un vendaje negro y yo cerraba los ojos, con obediencia, con sumisión a sus torturas, con adicción, totalmente ansiosa por el momento en que la punta de sus dedos rozara mis pezones totalmente erectos.

Mi cabeza descansaba con el vendaje en los ojos, pero, yo no hacía más que preguntarme:
-¿Dónde esta ella? ¿Cuán lejos se encuentra de mis ansiosos senos? 
Quería mover mis manos, pero las ataduras no me lo permitían y el dolor de mis intentos hacían a mis piernas humedecerse cada vez más.

No se cuánto tiempo paso, hasta que empecé a percibir ese dulce y placentero olor, esa fragancia a sexo mezclado con cuero, esa esencia que me hizo retorcer de deseo, mi cuerpo la deseaba, mi cuerpo deseaba cada parte de ella; su fragancia, su cuerpo y sus instrumentos de cuero. 

Escuchaba el ruido de sus tacones altos bajar las escaleras lentamente, causando espasmos a mi  desesperado cuerpo, cada vez más tentado y  liderado por los instintos. La razón y el sentido del tiempo ya se habían ido mezclados con la omnipresente fragancia; que no solo llenaba mi nariz, si no también mi alma, mis pechos y mi clítoris erecto.

La sentía rondándome, cuál depredador espera y observa para cazar a su presa; en este caso totalmente amarrada e indefensa y con una significativa diferencia; su presa deseaba ser comida; más que ser comida, devorada por una leona que no hubiera comido en semanas. 

A estas alturas, los espasmos eran incontrolables y ella lo sabía y lo disfrutaba; en un momento sentí como e se sentaba justo entre mis piernas; dejando que su aliento, calentara mi cuerpo con pulsaciones incontrolables; sentía que la respiración se me cortaba, solo su fragancia me quemaba la garganta, no estaba segura de cuánto tiempo más podría aguantar y respirar. 

Escuché cuando sus tacones se levantaron y podía percibir sus violentos movimientos, estaba claro que la bestia ya tenía hambre y deseaba ser alimentada, la sentía cada vez más cerca , hasta que me rozo el vientre y luego bajando hasta mi pelvis. Podía imaginar su sonrisa burlona, viéndome humedecer incontrolablemente. 

Percibí sus propios espasmos, imaginando sus ojos llenos de lujuria confirmar que el momento tan ansiado había llegado, mis propias piernas lo confirmaron , el momento de los golpes; primero débiles y tentadores convirtiéndose en un látigo que llenaba cada parte de mi cuerpo de exquisitas marcas rojas. 
Cada latigazo desprendía el olor embriagante a cuero y me desesperaba, lo ansiaba, lo deseaba en cada parte; el dolor deseaba penetrar mi piel y mi piel ser penetrada. 

Estaba escuchando su respiración, ella me deseaba tanto como yo a ella, el látigo cayo al suelo y sus labios rozaron los míos, me imaginé sus labios rojo carmesí, pasaba sus dedos por mis labios, los jalaba, los penetraba con las puntas de sus afiladas uñas, su lengua pasaba por la comisura de mis labios; mientras su cabello revoloteaba cercano a mis pezones erectos; me permitió lamer y morder las puntas de sus dedos para luego jugar con mis mejillas; calientes de la excitación. 

La depredadora hizo su ultimo movimiento, colocando su rodilla desnuda entre mis piernas; me obligo a murmurar unas cuantas suplicas mientras me desamarraba las muñecas marcadas. Me empujo al suelo y las velas se apagaron.

Con el omnipresente y placentero aroma a cuero como único testigo, había empezado el verdadero festín. 








6 comentarios:

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  2. Me gusta tu estilo vehemente al escribir, para ser tan joven posees gran madurez para poder abordar estos temas en tu poesía, es un relato poético muy envolvente se puede percibir muy bien el entorno de la historia. Sigue adelante y espero ver alguno de tus poemarios (si tienes intención de hacer alguno) en un editorial prestigioso. Muchos éxitos!

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    1. Muchas gracias! Me has dado muchos animos y alegado la madrugada. Si me encantaría publicar algún día, tengo 18 años y aunque estoy joven siento mucha pasión por escribir!

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    2. Muchas gracias! Me has dado muchos animos y alegado la madrugada. Si me encantaría publicar algún día, tengo 18 años y aunque estoy joven siento mucha pasión por escribir!

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    3. Muchas gracias! Me has dado muchos animos y alegado la madrugada. Si me encantaría publicar algún día, tengo 18 años y aunque estoy joven siento mucha pasión por escribir!

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    4. Genial! Ojalá lo logres! Por cierto acabo de subir una lírica en mi blog, espero tu comentario! Felicidades por poseer un estilo tan genuino si te esfuerzas triunfarás! Feliz noche!

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